Concluye la segunda fase de la restauración de las rejas de la fachada principal del Convento de Santa Clara

Miércoles, 25 Junio, 2014

Acaba de terminar la segunda fase de la intervención en los enrejados de las ventanas de la fachada principal del Convento de Santa Clara. El objeto de las obras, promovidas por el Consorcio, era resolver las deficiencias existentes, pues buena parte de las rejas estaban bastante deterioradas, algunas incluso con riesgo de caer a la calle. El presupuesto global de los trabajos de restauración ascendió a 37.902,04 euros.

 

La arquitecta de la Oficina Técnica del Consorcio que coordinó las obras, Idoia Camiruaga, explica que “el Convento de Santa Clara, de gran valor patrimonial, presenta problemas en los enrejados de las ventanas de todas las fachadas. Pero especialmente importante es la fachada principal, por el peligro de desprendimiento de algunas de las piezas a la calle de Santa Clara”. La arquitecta señala que las rejas estaban corroídas, en particular en sus engarces en la piedra. Tenían notables mermas de sección, que en algunos casos no aseguraban su sujeción, con el riesgo de caída que esto comporta.

 

“Debido a que las rejas estaban unidas a la piedra con plomo, su durabilidad fue muy alta. No obstante, el hierro de las garras termina con el paso del tiempo y debido a la intemperie por generar óxido, lo que provoca un considerable aumento del volumen que no puede ser absorbido por el plomo y que puede llegar a provocar la rotura de la piedra” -indica Camiruaga-.

 

Además de la posible caída de alguna de las rejas, algunos huecos de las ventanas presentaban brechas o roturas que podrían producir el desprendimiento de las piedras. Así, en algunas ventanas fue necesario actuar también en los recercados de piedra, con la sustitución de alguna pieza.

 

Las rejas se repararon en el taller de un herrero

 

El proyectó abordó las actuaciones precisas para atajar los diferentes problemas que presentaba el enrejado. En primer lugar, se retiraron las rejas de forja de las ventanas, con cuidado de no dañar las partes en buen estado ni la piedra, y se enviaron al taller del herrero para su limpieza, eliminación de óxidos y reparación. Además de la limpieza total de su superficie, se les aplicaron varias manos de imprimación antioxidante y pintura.

 

Al mismo tiempo, se saneó el recercado de piedra donde estaban engarzadas las rejas, con la reparación o sustitución de las piezas en mal estado por otras con características similares a las de las originales. Finalmente, se prepararon los huecos de las garras con plomo fundido para recibir las rejas recuperadas, con el fin de garantizar la durabilidad de las mismas.