Aparecen monteas en el suelo de losas de piedra de la iglesia conventual de Santa Clara

Jueves, 4 Septiembre, 2014

El alcalde de Santiago, Agustín Hernández, y la concejala de Cultura e Patrimonio, María Antón, visitaron las obras que se están realizando en la iglesia del Convento de Santa Clara. La Oficina Técnica del Consorcio de Santiago trabaja en la restauración de la tarima de madera que cubre el suelo del templo, ya que estaba afectada por pudriciones y deteriorada en muchas zonas, lo que dificultaba el deambular con normalidad. El presupuesto de las obras asciende a 55.418 euros.

 

Los trabajos se iniciaron a mediados de agosto. Una vez retirada la tarima de madera para su restauración, se descubrió que el suelo de losas de piedra que hay debajo de la misma está lleno de monteas. Se trata de unos dibujos o trazas a  tamaño natural de elementos arquitectónicos o estructurales realizados cerca de su lugar de emplazamiento para que sirvan como guía a la hora de construirlos.

 

El hallazgo, “de gran valor histórico-artístico, documental y patrimonial” según los técnicos, se considera de gran interés, pues parecen realizadas por las cuadrillas de canteros encargados de la construcción del último cuerpo de la fachada de la portería del convento, así como de la talla de su complejo aparato decorativo a base de placados geométricos y otros elementos como arcos y volutas. Todo, probablemente, bajo la dirección del famoso arquitecto compostelano Simón Rodríguez, maestro de obras del convento entre 1719 y 1724.

 

Estos dibujos siguen una premisa que se debe tener en cuenta a la hora de identificar su fin, según advierten los expertos: Todos están gravados en las paredes y suelos de un edificio concreto, porque sirvieron para una reforma o una renovación. Además, se localizan en recintos vecinos a la zona objeto de intervención, de ahí que en Santa Clara aparezcan dentro de la iglesia, zona próxima a la fachada-portería en construcción, donde los canteros podrían trabajar protegidos de las inclemencias del tiempo.

 

Se está realizando un estudio histórico de las monteas y se han organizado jornadas de puertas abiertas para darlas a conocer al público

 

Tal y como señaló el alcalde, “el Consorcio va a desenvolver un estudio histórico de estos elementos singulares. Se realizará un análisis de los mismos, de cara a conocer su origen y su significado”. Este estudio tendrá una duración de dos meses y durante este tiempo la iglesia permanecerá cerrada al culto. Después se procederá a la colocación de la nueva tarima, para la que se aprovechará buena parte del material existente. Se estima que las obras estén terminadas a finales de año. Y, según apuntó el alcalde, el siguiente paso será actuar en las bajantes del convento, con propósito de atajar los problemas de humedades que afectan al inmoble.

 

Una vez avanzado el estudio histórico de las monteas, se organizarán unas jornadas de puertas abiertas, previstas para principios de octubre, para que los ciudadanos tengan la oportunidad de conocerlas. Y se celebrarán unas charlas por parte de los historiadores que van a efectuar este estudio.

 

Monteas de calidad superior a las encontradas en las catedrales de Santiago y Tui

 

El dibujo es la principal herramienta de trabajo del arquitecto a la hora de proyectar nuevos edificios e intervenciones. En la génesis de todo inmueble existe una traza maestra firmada por el artífice y presentada al cliente interesado, así como dibujos y plantillas de taller, utilizados a pie de obra por el aparejador y sus operarios. En la Galicia de la Edad Moderna de los siglos XVI, XVII y XVIII el papel es frágil, caro y poco práctico, por lo que se optará por el uso frecuente de la montea, es decir, dibujos arquitectónicos a tamaño real gravados directamente sobre la piedra en los suelos y paredes de la propia obra.

 

Por tanto, son trazas de elementos estructurales para la talla correcta por los canteros de sillares, dovelas, fustes y molduras, así como de dinteles, arcos, entablamientos, etcétera. Las más frecuentes corresponden a soportes, arcos y bóvedas, especialmente cuando sus dimensiones son importantes. En los últimos años aparecieron en Galicia diversos ejemplares en las catedrales de Santiago y Tui; monasterios como los de Celanova y Montederramo; conventos como los de San Domingos de Bonaval, San Clodio en Leiro (Ourense) o Santa Clara en Tui; y en otros edificios como el Colegio de los Jesuítas de Monforte de Lemos. Según declaraciones del alcalde de Santiago, Agustín Hernández, las monteas localizadas en la iglesia del Convento de Santa Clara podrían ser de mayor calidad que las de todos estos templos.