El Consorcio de Santiago acaba de finalizar las obras de renovación del escenario del Teatro Principal. La intervención se centró fundamentalmente en la realización de tareas de acondicionamiento y renovación del sistema escénico, junto con la sustitución de los importantes canalones ubicados sobre los muros medianeros del edificio. El presupuesto global de esta actuación ascendió a los 101.371,15 euros.
El arquitecto de la Oficina Técnica del Consorcio responsable de este proyecto es Pablo Tomé. Explica que en el cuerpo del escenario se revisó la concha acústica. “Se construyó hace cerca de veinte años, por lo que necesitaba una revisión mecánica de todas las partes que la componen y en su conexión con las bambalinas” -señala-.
Además, se renovó la cámara negra en el escenario. Esta parte del sistema escénico, compuesta de diferentes telas, es muy utilizada y sufrió mucho por su uso. Se encontraba en mal estado y no cumplía con la resistencia necesaria frente al fuego. Por otro lado, se instaló un mecanismo para facilitar el uso de la gran lámpara central del teatro, que también se restauró. Y se sustituyó la grand alfombra central de la platea.
En la estructura metálica que forme la cubierta del escenario se aplicó un revestimiento con pintura intumescente, ya que en la actualidad no cumplía con el tiempo necesario de resistencia en caso de incendio. Se hicieron arreglos en las puertas, en las barandas de las pasarelas de la caja escénica, estanterías en la sala de proyección, persianas en las taquillas y repintado de diversas partes del teatro.
Otras actuaciones realizadas en el edificio
Entre las actuaciones que se llevaron a cabo en el edificio destaca la renovación de los canalones ubicados sobre los muros medianeros, ya que la falta de pendiente producía acumulación del agua y desbordamiento fuera de la bajante. Y en el tejado se repusieron las tejas que presentaban deficiencias.
En las escaleras se mejoró la accesibilidad, elevando la altura de los pasamanos existentes, que estaban muy bajos. Y se coló otro pasamano en la pared contraria, “fundamental para la seguridad en las escaleras, que se usan mucho” -indica el arquitecto Pablo Tomé-, al tiempo que se renovaron las luces de señalización de las escaleras.
Por otro lado, se renovó el cuerpo de vestuarios, en particular los pavimentos de las escaleras, las mesas de los tocadores y la pintura de las paredes. Asimismo, se pintó la fachada trasera del teatro, incluida la chimenea de ventilación. Se actualizaron las instalaciones eléctricas y de iluminación de las pasarelas y de la caja escénica y se renovaron siete bocas de incendios equipadas.
En la entrada se puso un mueble de información y almacenamiento. En el aseo de la planta baja se colocó un cambiador de bebés y un desfibrilador. Y se instaló un viejo proyector de cine similar al que hubo en el teatro hace 50 años, puesto que durante el siglo XX el Principal ofrecía fundamentalmente cine.