El Consorcio de Santiago hace visible el cimborrio de la iglesia de San Fructuoso

Viernes, 25 Junio, 2021

La iglesia de San Fructuoso, conocida por las esculturas de la baraja que representan las cuatro virtudes cardinales, es un templo de planta circular en el que está interviniendo el Consorcio de Santiago con la colaboración de la Dirección General de Patrimonio, que asumió el pintado de las fachadas norte y sur. “El cuerpo entero de la construcción es un cilindro, algo que la hace singular. El cimborrio tenía un carácter muy rústico y Pons Sorolla arregló su tejado hace más de cincuenta años. En 1985 Baltar, Bartolomé y Almuíña restauraron la escalera del campanario, mientras que en 2000 se hicieron un par de actuaciones en la cubierta. Y, ahora, nosotros estamos haciendo la renovación completa de la cubierta, así como la restauración y limpieza de todos los elementos en piedra de la fachada principal, incluida la sillería”, tal como explica el arquitecto de la Oficina Técnica del Consorcio Pablo Tomé. Por eso, los andamios aún cubren la portada, ya que continúan los trabajos sobre este “retablo pétreo”, tal como la califica Tomé por la riqueza escultórica que atesora. Igualmente está previsto actualizar los elementos metálicos (grapas) del campanario.

 

Esta intervención rehabilitadora, que supera los 200.000 euros, descubrió la “nueva” visibilidad y expresividad que acaba de adquirir el cimborrio, la torre o cuerpo saliente que se levanta sobre el crucero de la iglesia. “Después de revocarlo y pintarlo, el cimborrio sorprende por su visión tan expresiva y rotunda que se observa desde todos los puntos: las calles de Carretas, Las Huertas, La Trinidad y La Cuesta del Cristo. San Fructuoso siempre estuvo en un segundo plano en relación con los monumentos de la plaza del Obradoiro, cuando de repente, luego de la actuación, su cimborrio adquiere una intensa potencia decorativa”, según subraya el arquitecto con entusiasmo. En el cimborrio se usó una pintura muy patinada y pulida: “Queríamos que quedara sin arrugas, como planchado, que fuera un espejo, para lograr ese efecto de nueva identidad”. En la cubierta se colocaron tejas grandes de extraordinaria calidad.

 

Respeto por las aves que anidan en el edificio

 

Por otra parte, el Consorcio siempre presta especial atención a las aves que anidan en los edificios, algo que también se hizo en San Fructuoso. “Sucede que la arquitectura moderna no tiene agujeros, así que nosotros preparamos sitios para los pájaros, que además comen muchos insectos. En este caso ya comprobamos cómo los vencejos ya se hicieron con sus espacios”, advierte Tomé.

 

La iglesia fue diseñada por Lucas Ferro Caaveiro a mediados del siglo XVIII

 

La iglesia de San Fructuoso, posiblemente la única de la ciudad que siempre está abierta, cobija el estilo rococó en su interior y fue diseñada por Lucas Ferro Caaveiro a mediados del siglo XVIII. En el libro de Eduardo Beiras García sobre su figura, publicado por la Fundación Caixagalicia en 2007, señala: “La iglesia, aunque de modestas proporciones, destaca su presencia en todo el entorno y sus rotundos y claros volúmenes se perciben en el exterior limpiamente, especialmente el tambor de la cúpula que sobresale y se remata, como era habitual en Santiago, con una cubierta cónica. Una puerta lateral de la iglesia se abre al espacio que había sido en su día cementerio anexo al templo”.