El Consorcio de Santiago acaba de adjudicar la obra de eliminación de humedades que afectan a la escalera helicoidal del Museo do Pobo Galego. La empresa beneficiaria de este contrato es Rehabita, Gestión Integral de Rehabilitaciones y Restauración, S.L. El presupuesto global de esta intervención ascenderá a los 44.165 euros.
La actuación se centrará en la torre ubicada en el ángulo noroeste del Convento de Santo Domingo de Bonaval, que alberga en su interior la extraordinaria escalera barroca helicoidal de tres cuerpos diseñada por Domingo de Andrade. “Se producen filtraciones del agua de la lluvia al interior, procedentes del encuentro de sus muros con la cubierta. Así, se van a recebar los muros que conforman el buque de la escalera tanto por el interior como por la parte externa” -explica la arquitecta del Consorcio Idoia Camiruaga, coordinadora de este proyecto-.
Actuaciones en el interior
En el interior de la torre, el cilindro está revocado con un revestimiento de cal en toda su superficie, en buen estado en la parte inferior pero con aparición de humedades a medida que ascendemos. La dispersión de la humedad en el interior parece deberse a filtraciones de agua a través de los paramentos verticales, que, en la parte baja, al perder las revocos, perdieron también su protección frente al agua de la lluvia. Estas humedades provocan el desprendimiento del revoco interior y la degradación de la fábrica.
Así, se eliminarán los revocos interiores en las zonas en las que sea necesario, especialmente en la parte alta del buque de la escalera. Y se realizará un pintado final con pintura mineral que permita el paso del vapor de agua.
La protección de las monteas
Por otro lado, “en el pavimento, en el arranque de la escalera se encuentran las monteas (dibujos o trazas que servían como guía a la hora de tallar cada piedra), únicas en Galicia, que realizaron los canteros para levantarla. Debido al tránsito de visitantes, que pisan sobre las losas que las contienen, y la limpieza cotidiana con productos agresivos como la lejía, están sufriendo un fuerte desgaste, de modo que las monteas que aún se conservan acabarán por desaparecer, en caso de que no se tomen medidas de protección” -destaca Camiruaga-.
Los arquitectos del Consorcio proponen la colocación de un pavimento flotante sobre el que transitar para evitar el paso directo sobre las monteas y frenar su acelerado deterioro, quedando éstas a cielo abierto para permitir su estudio por parte de los investigadores y su contemplación por parte de los visitantes.
Actuaciones en el exterior
Desde la Oficina Técnica del Consorcio indican que, por el exterior, aunque el estado de la piedra es bueno, existe colonización de plantas en toda la superficie, por lo que se limpiarán las fachadas, a las que luego se les aplicará un revoco de cal y se pintarán finalmente con una pintura mineral. También se eliminará la vegetación de la cubierta y se sustituirán las tejas en mal estado.
Las carpinterías y la reja del balcón precisan trabajos de reparación y repintado. Además, el sistema de cierre de la puerta de acceso al balcón, en la fachada oeste, provocó la rotura del dintel, que se reparará.