Se restaura el retablo de la iglesia de Santa Mariña de Berdía

Lunes, 10 Noviembre, 2014

La Oficina Técnica del Consorcio de Santiago promueve la restauración y conservación del retablo mayor de la iglesia de Santa Mariña de Berdía, localizada en la parroquia de Berdía, a unos diez kilómetros al norte de la ciudad. Los trabajos, cuyo presupuesto asciende a 19.178,50 euros, podrían estar terminados en tres meses. El restaurador responsable de este proyecto, Andrés Martínez Rey, manifiesta que la intervención en el retablo va destinada a recuperar su estética original y a garantizar su conservación en el tiempo.

 

La iglesia de Santa Mariña de Berdía es de estilo Barroco y data de principios del siglo XVIII. Está construida en sillería de granito y fue concebida para ser visualizada de perfil, en contra de la frontalidad; por lo que en la fachada se aprecia un juego de volúmenes muy propio de la teatralidad barroca.  

 

El retablo mayor, de unos 3,5 metros de alto, está situado en el muro de la cabecera de la iglesia. En la parte superior central destaca la imagen de la patrona, Santa Mariña, acompañada por San Isidro Labrador a su derecha y San Roque a la izquierda. En el cuerpo inferior se sitúa en el centro la imagen de Santa María de la Inmaculada, a su derecha el Sagrado Corazón y a la izquierda la Virgen del Carme. Estas dos tallas no corresponden la este retablo, por su datación histórica y por las medidas de las mismas, muy superiores al resto. 

 

Los problemas de soporte

 

La arquitecta de la Oficina Técnica del Consorcio de Santiago que coordina este proyecto es Idoia Camiruaga. Explica que “el retablo se encuentra en un deficitario estado de conservación, en un proceso de degradación activo. Presenta problemas de anclaje, con alteración de materia y pérdida de soporte en diversos puntos. Hay grietas y separación entre las piezas estructurales como consecuencia de los movimientos naturales de la madera y la oxidación del soporte, por estar en contacto con clavos envejecidos”.

 

Ante esta situación, y tal como destacan los restauradores, “es importante estabilizar estructuralmente el retablo y consolidar el soporte, previendo el posterior ataque de insectos xilófagos que lo destruyen. En el futuro hace falta mantener estables las condiciones ambientales de humedad y temperatura de cara a garantizar un buen estado de conservación del conjunto”. 

 

Debido a la existencia de pérdidas de soporte, se contará con la ayuda de un carpintero que ensamble de nuevo las piezas y reintegre zonas localizadas mediante reposición de madera nueva, en particular de roble o de teca. “Primero se desinsectará la madera del retablo y de cada una de las tallas de modo preventivo. Y se llevará a cabo una limpieza superficial de polvo y suciedad. Luego se eliminarán todos los elementos inútiles que fueron colocados en intervenciones anteriores como el cableado de la instalación eléctrica antigua, clavos y anclajes que ya no cumplen su función” -explica el restaurador Andrés Martínez-.

 

Se recuperará la policromía original del conjunto

 

El retablo y las diferentes esculturas que lo componen fueron repintados en períodos diferentes y ocultan la capa de policromía y los dorados originales. Por otro lado, de manera generalizada, hay acumulación de suciedad en la superficie, que en casos concretos está adherida. Destaca en particular la presencia de restos de cera o barniz mal aplicados.

 

Los restauradores consideran que es necesario estabilizar la capa pictórica original, previa limpieza y eliminación de los repintes existentes. Luego se reintegrará cromaticamente la superficie con acuarelas o pigmentos al barniz. Y se aplicará un barniz final con el fin de proteger la capa pictórica.