El Consorcio de Santiago acaba de adjudicar la restauración del retablo de la Virgen de la Dolorosa de la iglesia de San Miguel dos Agros, situada en la plaza homónima, a la empresa Techne, Conservación y Restauración de Bienes Culturales, S.C. El presupuesto global de esta intervención ascenderá a los 30.362,53 euros y los trabajos tendrán un plazo de ejecución previsto de tres meses.
La iglesia de San Miguel dos Agros, además de la nave principal, a los pies tiene una nave conocida como “Capilla de la Dolorosa” o "Capilla de los Ajusticiados”, en la que oraban los condenados a la horca y donde eran depositados posteriormente sus cadáveres antes de la inhumación. La capilla está presidida por un magnífico retablo de estilo neoclásico datado en el año 1782, colocado sobre una base de piedra que fue cubierta en período reciente para añadirle, entre otros elementos, una mesa de altar. Así mismo, la parte central del retablo fue modificada mediante la colocación de una serie de gradas que no coinciden con el diseño ni con el recorrido originales, además de estar afectadas por los xilófagos, igual que el resto de la madera del conjunto.
El retablo está muy afectado por la humedad
La arquitecta de la Oficina Técnica del Consorcio responsable de este proyecto, Idoia Camiruaga, explica que el ataque de xilófagos que sufre el retablo provoca la pérdida del material de soporte y superficial. Al bien le faltan algunas piezas (como partes del cuerpo de algunos de los ángeles…), tiene añadidos sin relación estilística con la pieza original, elementos metálicos oxidados, repintes, pérdida de color, grietas, acumula mucha suciedad y está muy afectado por la humedad.
Los objetivos de esta intervención se centran en la estabilización de los materiales que conforman el retablo, la recuperación histórico-estética del conjunto, junto con el establecimiento de unas pautas idóneas de conservación preventiva de este bien.
Así mismo, se llevará a cabo una revisión de los elementos que constituyen el entorno de la obra, como suelos, cubiertas, muros, sistema eléctrico… “El entorno representa uno de los focos más importantes de degradación por lo que, para frenar el deterioro de la obra y devolverle su magnificencia, es necesario erradicar los problemas ocasionados por los elementos que rodean el retablo” -señala la arquitecta-. Se estudiará la temperatura y la humedad del inmueble para poder evaluar la incidencia de las condiciones climáticas locales en la conservación del bien.