El alcalde de Santiago visita la capilla de San Roque de Sabugueira, en A Lavacolla, reformada por el Consorcio

Jueves, 6 Febrero, 2014

El alcalde de Santiago, Ángel Currás, acompañado de ls gerente del Consorcio, María Antón, visitó la capilla de San Roque, situada en la parroquia de Sabugueira, en A Lavacolla. Comprobaron in situ los resultados de los trabajos promovidos por la Oficina Técnica del Consorcio, centrados en la recuperación del atrio o soportal de la ermita. También estuvo presente la arquitecta Idoia Camiruaga, responsable de la coordinación del proyecto y de la dirección de la obra, cuyo presupuesto global ascendió a 19.994,14 euros. Las obras las realizó la carpintería de madera Frama.

 

La capilla es de traza barroca, de finales del siglo XVIII, y está en el trayecto del Camino Francés. El edificio consta de dos cuerpos: la nave, que es un prisma protegido por dos faldones de tejas, y el soportal. Este último es un pequeño espacio cubierto delante de la entrada de la ermita, para protección de la lluvia. Pero la estructura de madera que soportaba su tejado era muy débil y se encontraba muy deformada.

 

“El principal problema estaba en el tejado del atrio. Tenía una deformación muy grande que provocó la separación de los faldones, de modo que el agua de la lluvia entraba por la cumbrera e iba pudriendo poco a poco la estructura” -explica la arquitecta-. Aunque no existía riesgo de derrumbamiento de la cubierta, los técnicos consideraron que no era conveniente que la deformación evolucionase y pudiese provocar que la estructura viniera abajo.

 

Tal como indica Camiruaga, “se reconstruyó el tejado con una estructura de características similares al antiguo, reutilizando todo el material que fue posible. Las pocas modificaciones que se introdujeron fueron para garantizar la estabilidad del conjunto”.

 

Por otro lado, aunque la conservación general del inmueble es buena, la cubierta de la nave de la capilla requería una limpieza y presentaba muchas tejas rotas. Estas se sustituyeron por otras viejas pero en buen estado procedentes del atrio. Además, se recortaron las ramas que caían sobre uno de los faldones del tejado de la capilla, con el fin de evitar problemas futuros.